Las características de los árboles que se pusieron no son las mejores. No porque la planta estuviese en mal estado, todo lo contrario, sino porque se puso planta que no estaba en contenedores forestales que evitasen las espiralización de la raíz, y por otra parte, era planta que ya tenía cuatro savias, cosa que no es la más aconsejable.
La salud de los árboles era inmejorable. Contaban con buenos crecimientos y un follaje verde intenso, y aunque el contenedor no era forestal, las raíces estaban bien desarrolladas y sin espiralizar. Cosa que ayudó a extenderlas por el sustrato.
Se pusieron todos los árboles con protecciones naturales construidas a base de ramas secas de jara y brezo, que ayudaron a cubrir los pequeños tejos contra el ramoneo de corzos, cabras, o Jabalíes, y rocas en el alcorque que se hizo para almacenar agua, para que no hozasen los jabalíes.
En cuanto a otro problema importante que se puede dar, aparte de la fauna, es la sequía. Para combatirla, como ya he dicho antes, se hizo un buen alcorque que recogiese el agua que le cayese, y unas rocas planas en el suelo que condujesen el agua hasta la planta, que al mismo tiempo evitarán que se remueva la tierra y dañe el árbol.
También hay que tener en cuenta la alta evapotranspiración que se da en los meses de más calor del verano. Para esto, se tuvo en cuenta que los tejos gustan de ambientes húmedos, por lo que se eligió una ladera de plena orientación norte, en una pequeña vaguada húmeda pero que no se encharca, y bajo cobertura arbórea de roble melojo, a parte de las protecciones que se le hicieron con ramas.
El tiempo dirá el resultado de nuestra plantación, que pondré por aquí el año que viene.